Muchas mujeres, al usar un producto de
cuidado pesonal o cosmético, notan que su piel se reseca o irritada con
relativa facilidad e incluso desarrollan un intenso sarpullido rojo. En este
caso, lo más probable es que tengan la piel sensible.
Es importante observar que el cutis de
algunas mujeres se torna más sensible en ciertas épocas del año. El clima frío
y seco y la presencia de alérgenos en el ambiente pueden agravar la piel
sensible y hacerlo vulnerable a erupciones.
Igualmente, una grave quemadura de sol
puede aumentar la sensibilidad al reducir las cualidades protectoras de la
piel. Asimismo, los cambios hormonales de la menopausia pueden volver la piel
más sensible.
Cuidados especiales para la piel
sensible
Existen algunas sencillas recomendaciones que contribuyen a fortalecer la piel y su función protectora, limitando la incidencia de reacciones indeseadas.
Existen algunas sencillas recomendaciones que contribuyen a fortalecer la piel y su función protectora, limitando la incidencia de reacciones indeseadas.
- Evitar la exposición excesiva al sol, pues entre sus efectos negativos está el aumento de la sensibilidad.
- Consumir suficiente agua y alimentos o suplementos con Omega 3.
- Aplicar productos hidratantes hipoalergénicos.
- Permitir que la piel se adapte a los productos nuevos, utilizando pequeñas cantidades, y ajustando poco a poco.
- Usar un limpiador que no ponga en riesgo la barrera natural de la piel.
- Aplicar exfoliantes suaves como máximo dos veces por semana.
- Adquirir productos con extractos herbales: los que contienen bases de aloe, manzanilla, nueces y avena son muy recomendados.
- Comprar un humectador doméstico para el aire. La calefacción central reseca el aire de las habitaciones y también la piel.
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