Estamos tan acostumbrados a
realizar ejercicios para diferentes partes de nuestro cuerpo (brazos, muslos,
etc.) que puede que se nos olvide uno de los que requiere más movimiento para
combatir el envejecimiento: El rostro.
Si queremos tener unos músculos faciales tonificados y una piel fuerte en el área con el fin de evitar las caídas indeseadas (flacidez) y para retrasar la aparición de las arrugas, es importante efectuar una gimnasia facial.
Sin embargo, surge la siguiente interrogante ¿En qué consiste esa gimnasia facial? ¿Cuáles son, con exactitud, sus beneficios?
Beneficios de la gimnasia facial
La gimnasia facial, más que un simple método estético, es un mecanismo terapéutico completo que pone a tono la salud muscular de esta parte del cuerpo. En sus comienzos se utilizaba como una variante de la fisioterapia, para rehabilitar ciertas zonas del rostro luego de alguna lesión, pero rápidamente los especialistas descubrieron que servía para mucho más que eso.
Ayuda, entre otras cosas, a luchar contra la flacidez y la distensión muscular, permitiendo retrasar significativamente la aparición de los siete signos del envejecimiento. Por esa razón, resulta beneficiosa para combatir:
Textura áspera
Tono desigual o poco uniforme
Apariencia “apagada”
Poros grandes o abiertos
Resequedad
También permite aliviar tensiones que tienden a acumularse en diversas zonas de la cara y que muchas veces son las causantes de la aparición de las arrugas.
Otro beneficio es la activación de la circulación, por lo que no solamente contribuye a tonificar los músculos, sino que también permite mejorar el estado general de la piel.
Comienza tu rutina
Una buena crema enriquecida con vitaminas y antioxidantes para el rostro en tu mesa de noche es todo lo que necesitas para comenzar a ejercitarte.
El mejor momento para hacerlo es en la noche, porque puedes eliminar la tensión acumulada en el día. Lo ideal es que se realicen dos veces por semana en épocas de estrés o una, cuando hay mayor tranquilidad.
Acuéstate cómodamente e inicia los ejercicios, aquí te explicamos algunos. Antes de comenzar, no olvides el calentamiento: masajea el borde de ambas orejas, incluyendo los lóbulos, utilizando el dedo índice y el pulgar. Ahora sí, comienza:
Para la frente. Coloca los dedos sobre la frente, y contrae esos músculos de manera.„que suban y bajen. También puedes presionar las cejas con las yemas y, cubriéndolas completamente, ejerce presión hacia adentro y hacia abajo sin estirar la piel. Luego, intenta subir y bajar las cejas mientras las sujetas con esa presión. Una tercera opción: inhala y exhala profundamente; al exhalar levanta las cejas lo más que puedas y conserva esta posición mientras cuentas hasta cinco.
Para los párpados. Cierra y abre los ojos lenta y alternadamente. También puedes colocar tus dedos índice y pulgar en el ángulo exterior de cada párpado y, mientras estiras la piel, intenta cerrar los ojos. Para relajarlos, ábrelos y ciérralos fuertemente, pero sin arrugarlos.
Para los labios y las mejillas. Coloca tus manos sobre las mejillas, y al exhalar lleva los labios hacia adelante lo más que puedas, mientras tus manos trasladan los músculos de las mejillas en sentido contrario. Otra alternativa es introducir los pulgares debajo del labio superior, entre la mucosa y la encía, con las uñas mirando hacia las encías pero sin apoyarse en ellas. Luego, presiona el labio contra los pulgares y viceversa suavemente. Repite el ejercicio, en ambos labios.
Para el mentón. Cierra ambas manos en forma de puño y colócalas debajo de la mandíbula inferior. Luego, presiona los puños hacia arriba mientras intentas abrir la boca con fuerza.
Se debe repetir 10 veces cada
ejercicio. Toda la rutina no te ocupará más de un par de minutos, y los
resultados se comenzarán a notar en poco tiempo. Aceites para el cabello
maltratado
No hay comentarios:
Publicar un comentario